Queridos maestros (I)

He tenido la gran suerte de recibir clases, enseñanzas y consejos de muchos profesores, de muchos maestros del clarinete y de la música. Es un hecho que en ciertos momentos, en ciertos períodos de mi carrera he vivido con mayor intensidad la influencia de unos que de otros, pero todos y cada uno de ellos me han aportado con generosidad su visión y conocimiento.
   
Florian O. Popa
Mi primer profesor, en el año 1988, fue D. Florian Popa, que era por aquel entonces uno de los clarinetistas solistas en la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Enseñaba además en el Centro de Estudios Musicales "Juan Antxieta". Florian transmitía respeto y amor por la profesión de músico. Recuerdo especialmente las clases sobre las sonatas de Brahms. En varias ocasiones se levantó sorprendido: "¡¡Pero, cómo puedes tocar tan feo!! Ésta, que es una de las páginas más bellas jamás escritas en la historia de la música..."(esto lo dijo acerca de varias páginas de estas sonatas) y entonces él se ponía a tocar con su mejor sonido e intensidad musicales. Su ex-esposa, Tatiana Chervinsky, que es pianista, me acompañó en casi todos mis exámenes y audiciones. Los ensayos con ella fueron una gran enseñanza en lo que se refiee a la música de cámara y a hacer música en conjunto.
También recuerdo que en ocasiones, por navidad o en fiestas señaladas, reunía a todos los alumnos de clarinete y saxofón, más algunos de otros instrumentos y nos arreglaba polkas, villancicos, etc. que luego tocábamos en el foyer del centro. 

En una ocasión tuve que llamarle a casa por alguna razón, y cuando su mujer cogió el teléfono, yo inicié la conversación con un sonoro "¿Está Floriaaan?". Cuando volví a verle, en la siguiente clase, me echó tal rapapolvo por mi falta de educación, que hasta hoy, cada vez que llamo por teléfono lo primero que hago es presentarme con educación, y después, pasar a las preguntas.

En mi temprana decisión de convertirme en músico, influyeron muchos factores, como el hecho de que mi padre lo fuera en su juventud, por ejemplo. Pero creo que la decisión consciente la fragüé en el aula de Florian. Y sé que como yo, muchos que hoy en día son profesionales, no sólo del clarinete, sino de otras especialidades musicales, recibieron esa influencia del respeto y el amor por la música como oficio. 

Estudié con Florian durante seis años, hasta 1994, los grados elemental y profesional. Él sigue en activo, aunque se retiró de la orquesta, y continúa con su labor de "ciencia clarinetística", diseñando barriletes y  abrazaderas, además de su labor como intérprete. Se puede visitar su web http://www.florianpopa.net/ .

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